Válvulas y Electroválvulas
Funcionamiento de las electroválvulas
Las electroválvulas funcionan mediante la generación de un campo electromagnético por un solenoide, que controla la apertura o el cierre del paso de fluido dentro de la válvula. Esto ocurre aplicando una señal eléctrica que activa el solenoide, que a su vez cambia la posición de un émbolo dentro de la válvula, controlando así el flujo de fluido. Este mecanismo permite un control rápido del caudal, por lo que las electroválvulas son ideales para una amplia gama de aplicaciones industriales en las que se requiere una gestión precisa de los fluidos.
Las electroválvulas pueden clasificarse en función de su tipo de control (directo o indirecto), el número de vías y posiciones, y su configuración (normalmente cerradas o abiertas).
- Electroválvulas de mando directo: utilizan directamente el solenoide para controlar la apertura y el cierre del paso del fluido. Este diseño sencillo y compacto las hace ideales para aplicaciones en las que el espacio es limitado y se requiere un funcionamiento rápido y fiable.
- Electroválvulas de mando indirecto: también llamadas servoasistidas, utilizan una combinación de presión y acción electromagnética para abrir y cerrar la válvula. El pilotaje puede ser interno o externo.
- Electroválvulas con servo piloto interno o externo: las que tienen servos internos utilizan la misma presión de alimentación de la electroválvula para asistir a un electro-piloto interno en la válvula. Éste abre un paso de aire durante la excitación eléctrica, creando movimiento en la válvula principal. Los que tienen servos externos tienen la misma función que los primeros, con la diferencia de que el electro-piloto requiere una fuente de presión separada de la válvula principal. En esta configuración, la electroválvula también puede utilizarse con un vacío.
- Electroválvulas normalmente cerradas (NC) o normalmente abiertas (NO): las primeras permanecen cerradas en ausencia de corriente eléctrica y sólo se abren cuando se aplica la señal eléctrica. Por el contrario, las segundas permanecen abiertas en condiciones de inactividad y sólo se cierran cuando el solenoide es activado por la señal eléctrica. El reposicionamiento de las electroválvulas se produce mediante un muelle mecánico o neumático integrado en el cuerpo de la válvula. Estas configuraciones son adecuadas para diferentes aplicaciones que requieren el cierre o la apertura del flujo en caso de interrupción del suministro eléctrico.
Ventajas del uso de electroválvulas
Ofrecen varias ventajas en el campo de la automatización industrial. Estos dispositivos permiten un control preciso y rápido del flujo de fluidos, garantizando una regulación precisa y dinámica de las operaciones de proceso. Gracias a su versatilidad, las electroválvulas pueden utilizarse en una amplia gama de aplicaciones industriales, lo que ayuda a optimizar el rendimiento del sistema, reducir los tiempos de inactividad y mejorar la eficiencia general de la producción.
Aplicaciones industriales de las electroválvulas
Las electroválvulas tienen aplicaciones en diversos sectores industriales, como la automatización de maquinaria, la industria alimentaria y de bebidas, la automoción y la electrónica, entre otros. Se utilizan para controlar el flujo de fluidos como aire, agua, gas y líquidos en sistemas de automatización, circuitos neumáticos e hidráulicos, sistemas de refrigeración y plantas de aire acondicionado. Gracias a su versatilidad y fiabilidad, las electroválvulas son esenciales para optimizar los procesos de producción y garantizar el funcionamiento eficaz y seguro de las plantas industriales.